Darío Monsalve, el guardián detrás de cada pollo fresco

Una dosis de nobleza y responsabilidad, sumada a la prolijidad y perseverancia, ha mantenido a Darío Monsalve durante 20 años en la compañía. Valores que, como él dice, heredó de su padre. 

Nunca imaginó que su trabajo en limpieza y desinfección en la planta de beneficio lo convertiría en un pilar clave para garantizar nuestra promesa: llevar frescura a cada mesa, todos los días. 

Un ojo en los detalles y nobleza en el corazón 

Desde 2005, Darío ha sido un pilar en la familia Don Pollo, siempre dispuesto a aprender y dar lo mejor. Su dedicación lo llevó a especializarse en la limpieza del chiller, equipo clave para mantener la cadena de frío y garantizar la frescura del pollo. 
Una labor que asume con gran responsabilidad y realiza con atención al más mínimo detalle. Su formación en espacios confinados y normas de higiene lo convierten en un verdadero experto. 

Un trabajo con pasión 

Para Darío, la limpieza es mucho más que una tarea; es una forma de contribuir al bienestar de todos. "Lo más importante es que todo esté limpio, porque todo lo que hacemos llega a las manos de nuestros clientes y sus familias", comparte con convicción. 

Lo que más destaca a Darío es su pasión por lo que hace. No se trata solo de cumplir con su trabajo, sino de hacerlo con excelencia.  

"Me concentro al 100% en lo que hago. Nada de celular. Estoy totalmente presente, usando los cinco sentidos", afirma con orgullo. 


Un mentor para otros 

Darío se distingue por su responsabilidad, lealtad y espíritu de equipo. Ha apoyado la formación a nuevos colaboradores, transmitiéndoles su experiencia y actitud positiva. “Es fundamental que cada persona se sienta apoyada, especialmente durante sus primeros días en la empresa", señala. 

En sus palabras: “Mi consejo para quienes inician es siempre ser responsables y esforzarse por hacer las cosas muy bien. Don Pollo es una empresa que se preocupa por su gente, y es un lugar donde uno puede crecer".  


Un ejemplo para todos 

"Lo que más valoro de Darío es su proactividad. Siempre busca mejorar los procesos y anticiparse a las necesidades del equipo. Su enfoque en la calidad es esencial para el éxito de nuestras operaciones", destaca su líder, Natalia Cañas, jefe de Inocuidad. 

Su mayor sueño es seguir aprendiendo, tener su propio apartamento y, en el futuro, pensionarse para emprender su propio negocio. 

Gracias a su compromiso diario con la limpieza y desinfección, garantizamos un producto impecable. Su labor es clave en cada rincón donde la higiene es vital, asegurando no solo calidad y seguridad, sino también el orgullo de hacer las cosas bien. 

¡Gracias, Darío, por elevar nuestros estándares y ayudarnos a ofrecer un producto siempre fresco y seguro para el bienestar de las familias colombianas!